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Estamos comenzando a ver los efectos de la  primera crisis sistémica del siglo XXI. Todavía pasará tiempo hasta que nuestra sociedad inicie un nuevo camino, una manera diferente de hacer las cosas, más productiva, más eficiente.

Mientras que nosotros hablamos de métricas y ROI, los ciudadanos tienen una exposición  cada vez más alta a Internet como medio de desarrollo personal. Avanzamos hacia dispositivos personales menos exigentes en hardware, pero más eficientes en consumo, usabilidad y polivalencia, el producto estrella de la temporada, el iPad, solo es el inicio.

La crisis modificará, está modificando ya, nuestra manera de vivir. No te das cuenta, pero cada día vas modificando tus costumbres, cada vez usas menos los programas de tu ordenador… incluso ya no te bajas música desde que probaste Spotify..

Los sueños están hechos de una materia negra y espesa llamada petróleo. La oferta mundial de combustibles líquidos comienza a descender, tarde más o tarde menos, la oferta y la demanda estarán separadas por un abismo. Esto lo puedes traducir con un ejemplo muy sencillo, quizá dentro de unos años, pasearte con chaqueta y corbata por la oficina mientras que en el exterior cuelgan 42ºC será impensable.

Los sueños también están hechos de una materia verde intangible llamada dinero. Es intangible porque no existe, es una entelequia que a diario se teclea en los ordenadores de los bancos, se crea a través del crédito… y este va a ir a menos, a mucho menos.

Eficiencia, productividad, global y local… nos queda mucho por caminar.

¿Por qué el comercio electrónico se desarrollará con fuerza?

La respuesta es sencilla, a falta de esas materias que construyen nuestros sueños actuales, no todo estará disponible y en abundancia como hasta ahora estamos acostumbrados en occidente.

En nuestra perspectiva actual, nos desplazaríamos al centro de las ciudades (en nuestro propio vehículo), aparcaríamos en el centro comercial de la ciudad o calles principales y desde allí buscaríamos un producto… porque tenemos la certeza de que lo vamos a encontrar y porque alguien nos garantiza que podemos pagarlo, en general mediante crédito.

Con el petróleo hacemos y transportamos los productos, nos desplazamos donde lo venden y con el crédito compramos. Con dinero pagamos las campañas publicitarias y generamos deseo en los compradores.

En un escenario como el que se nos presenta, ese desplazamiento y el parking puede ser restrictivo, además, ya no tendremos la certeza de que el producto va a estar en la estantería y disponible, ni siquiera que dispongamos de crédito para adquirirlo.

No solo eso, sino que los costes de explotación de un comercio local, desde el alquiler a los impuestos, pueden no compensar el mantenimiento de grandes superficies para almacenaje y exposición. Por otro lado, el coste energético será inasumible comparado con el modelo actual.

Por tanto, como consumidores, tendríamos varias opciones:

  1. Comprar por Internet y que nos lo traigan a un centro de recogida en nuestra población (la última milla será también difícil de solucionar en términos energéticos)
  2. Comprar por Internet y planificar nuestro desplazamiento a los centros comerciales de las ciudades
  3. Planificar nuestro desplazamiento, decidir el producto a comprar (por ejemplo, probarnos unos zapatos) en locales comerciales transformados en simples expositores (sin almacén) y allí mismo comprar por Internet
  4. Planificar nuestro desplazamiento y llevarnos la lista hecha de casa, con información precisa de dónde están los productos que queremos adquirir

Probablemente hay más opciones, en todas ellas, la logística es indispensable

Este escenario, que ahora nos parece apocalíptico, no lo es. Más al contrario, tiende a la eficiencia y a la productividad… y lo hará tan rápido como el coste de los combustibles líquidos aumente (impulsados por la necesidad recaudatoria de los estados). Pero no te darás cuenta, poco a poco, un modelo de vida nuevo irá llegando a nuestras conciencias y hábitos en forma de mantra continuamente repetido en los medios de comunicación, de hecho, lo que te parecerá apocalíptico es el modelo de sociedad que actualmente tenemos

El comercio electrónico y la logística son dos piezas clave en el futuro. Todo tarda tiempo en ponerse en marcha, necesitas aprender, conocer una nueva manera de hacer y de tratar a tus clientes, cuanto antes empieces, mejor situado estarás en la línea de salida

Piensa en local, ten presente encontrar soluciones logísticas que sean sencillas para tus compradores y sobre todo económicas. Es el momento de ganar reputación de venta, construir un buen servicio de atención al cliente y de racionalizar los tiempos y costes de entrega junto con una manipulación los productos cuidado.

Comercialmente, comienza a valorar que el envío de productos no es un gasto asumible por el comprador, sino que es un coste de explotación del comercio electrónico. La racionalización y la eficiencia de la logística harán cambiar en poco tiempo el concepto… la inmediatez en la entrega no será asumible en una economía que busque la eficiencia, pero de la misma manera que el comercio electrónico sea más utilizado, la logística tendrá que adaptarse a la demanda de servicio.

El concepto globalizado de la venta on line se irá moldeando, no hay mejor garantía para el comprador que exista una relativa proximidad, aunque finalmente no importe la localización geográfica del vendedor, disponer del producto deseado y en proximidad, será un valor de decisión, por ello el tener un negocio pequeño no será limitante a la hora de que el cliente se decida por la compra frente a otros competidores de mayor tamaño.

La primera crisis del siglo XXI cambiará muchos conceptos, pero lo que si que puedes tener claro es que Internet jugará en primera división. Necesitarás conocer el medio, cómo segmentar las zonas geográficas en las que tendrás ventaja por proximidad, atención al cliente, … todas y cada una de estas acciones está relacionadas con el marketing, desde la forma de atender a los clientes hasta los datos estadísticos de visitas, newsletters y loyalty de los clientes, redes sociales, …

Tenemos mucho que contarte, tienes mucho por hacer.

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3 Comentarios

  1. junio 30, 2010 at 7:14 pm

    Guauuu! Esto es parece un excelente manifiesto. Gran trabajo Jose Luis 😉

  2. julio 14, 2010 at 11:10 am

    ¿No crees que …?

    Habrá una energía consumible a un precio asequible y, posiblemente, cada vez más barata.
    La cantidad y calidad de producto disponible será mayor
    El mercado se orientará hacia el producto necesario para poder vivir
    El mercado proveerá de producto necesario para la capacidad de compra disponible
    El comercio electrónico complementará al comercio de proximidad
    Sociedades heterogéneas
    Adaptación: los hábitos de compra serán tantos como consumidores
    Las ciudades evolucionarán hacia espacios para la vida diaria y no para la compra

    Un abrazo 🙂

  3. julio 17, 2010 at 12:09 am

    Hola Nicolás

    Te sugiero que hagas un ejercicio sencillo: mira que te cuesta un litro de combustible o una hora de parking en el centro de una ciudad o un billete de tren de cercanías.

    La energía no es barata de producir, no se puede almacenar y por supuesto no es inagotable, al menos con la tecnología que tenemos, la fisión es solo un sueño en estos momentos

    Con una energía cara, muy cara, la logística y el comercio electrónico en poco tiempo crecerán más de lo que nos imaginamos y eso supone una interacción distinta de los usuarios, Internet, marketing, etc.

    Por supuesto, todo evoluciona, el mundo no se va a parar, lo que no se decirte cómo viviremos dentro de unos pocos años… probablemente muchas de las cosas que comentas serán realidad, pero la energía será cada vez más cara.

    Pienso que es importante proyectar el futuro e ir preparando estrategias de venta y marketing que no estén basadas en los modelos actuales de consumismo extremo, sino de eficiencia, conforme avancemos a otros escenarios sociales

    Gracias, un saludo!

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