En alguna etapa de mi trabajo como Director de Marketing, atravesé momentos de mucho estrés y agitación mental, y encontré refugio en actividades manuales como la ebanistería. Ésta me ayudaba a calmar la mente y reducir la ansiedad.
Me gustaba mucho hacer muebles o arreglarlos. Buscaba cómo mejorar la habitabilidad o decoración de nuestra casa de campo con maderas y hierros. Veía fotos de muebles rústicos y lámparas, y me lanzaba a por ello motivado por conseguir ese resultado final.
Lo cierto es que como ebanista… digamos, que era buena gente. Las piezas nunca quedaban como las imaginaba o había visto, y en el proceso sufría de altibajos de motivación a medida que avanzaba en mi creación y aquello no quedaba como yo quería.
Esto me ocurría porque para ser un buen ebanista necesitas seguir un proceso (de creación, de reparación, etc), dominar un conjunto de técnicas y disponer de herramientas adecuadas que te acompañen en la labor diaria de esta disciplina. Desde luego, con algo de motivación y la tozudez que me caracteriza, conseguí que algunas cosas no quedaran tan mal. Pero el tiempo, la fuerza y los recursos empleados dejaban en evidencia mi falta de preparación y profesionalidad para esta actividad.
Este es un caso típico de “amateuritis” aguda, que ocurre en casi todas las áreas de la vida.
En Online Marketing nos encontramos con este mismo problema. Hay muchas personas gestionando campañas con la intención de vender o mejorar los niveles de engagement con sus usuarios o clientes a través de canales digitales. Pero realmente son muy pocos los que desarrollan esta actividad de manera profesional. Y creo que la razón principal es la falta de formación que facilite una capacitación adecuada para desarrollar las competencias específicas en las diversas áreas que comprende esta disciplina, y así dar el salto de una gestión amateur a una más profesional. Desde luego, hay una parte de esto que no lo dan las escuelas y se adquiere sólo a través de la experiencia.
¿Cuáles son las 4 diferencias que, a mi entender, distinguen un Online Marketer amateur de uno profesional?
1. El amateur tiene una meta; mientras que un profesional tiene un proceso.
Con esto quiero decir que en la mente del amateur está conseguir esa pieza de madera bien hecha. En cambio en la del profesional, está la de seguir el proceso de creación que, por decantación, resultará en muchas obras de buena calidad. Es decir, los primeros se proponen obtener un resultado X y con ello dar el gran salto para consagrar su carrera o posición en la empresa, mientras que los segundos se ocupan de construir el puente que llevará al éxito continuado de la gestión del área. Dicho de otro modo, los primeros buscan ganar una carrera de corta distancia; los segundos piensan en modo “maratón”.
2. Un Online Marketer amateur crea campañas; uno profesional crea programas de comunicaciones electrónicas integradas.
Ejecutar campañas está muy bien, y es muy necesario. Pero una gestión profesional del Online Marketing parte de la implementación de programas de comunicaciones electrónicos adaptados a las distintas etapas que atraviesa un usuario / cliente con tu empresa. Me refiero aquí las etapas de adquisición, retención y recuperación de clientes o usuarios.
La mayoría de estos programas se basan en comunicaciones automatizadas basadas en un comportamiento o evento, y una vez implementados liberan mucho tiempo operativo del día a día de la gestión del área, a la vez que reducen los errores propios de las prisas y ofrecen una visión más estratégica del Marketing Digital.
3. Un Online Marketer amateur teme fallar y repite clichés sólo porque sabe que funcionan (o una vez funcionaron); uno profesional testea continuamente nuevas formas de hacer.
Hacer lo que sabemos que funciona, que leemos en otros blogs o aprendemos en cursos está muy bien, y es un buen punto de partida sobre todo si se consideran buenas prácticas que aún no tenemos implementadas. Pero un profesional sigue una fórmula para que esa mejora se produzca de manera continuada y sistemática. Hablamos del archi-conocido modelo de “ensayo y error” (aunque no es el único), a partir del cual se determinan los hallazgos que hacen que tus campañas tengan unos rendimientos superiores a los del sector y lo hagan de forma sostenida en el tiempo.
4. Un Online Marketer amateur se ocupa de la parte que más le gusta del trabajo; uno profesional tiene una visión holística del área porque hace (o ha hecho) todo el trabajo.
Redactar anuncios bonitos, asuntos creativos, buscar imágenes chulas, o diseñar una plantilla atractiva es todo parte del trabajo, y probablemente la parte más agradable. Sin embargo, un profesional no hace sólo la parte del trabajo que le motiva, sino también la menos atractiva (querys a BD, segmentaciones, informes, revisiones de código, monitorización de rendimiento, carga de datos, etc…). Además, lo hace de manera constante en el día a día, lo que facilita la experiencia que luego permite ganar la inteligencia de Marketing que se necesita para conseguir resultados diferentes.
Existe un curso del que tengo buenas referencias y cuyo programa parece ir en esta línea, diseñado en parte por Google, que merece la pena explorar. Para el que esté interesado (sólo en inglés) aquí os dejo un enlace.
Por otro lado, también recomiendo cursos más específicos como el Email Marketing Boot Camp – en el que doy alguna clase – que están diseñados y concebidos para ayudar a profesionalizar la gestión del área y disparar los resultados a base de implementación de procesos y buenas prácticas.
Sin Comentarios